Uno de los cuentos de El Decamerón de Boccaccio llevado a la pantalla por Pasolini cuenta los últimos días de Ciappelletto, encarnado en el film por el actor Franco Citti (el que interpretaba al guardaespaldas en Sicilia de Michael Corleone en el film El Padrino).
Ciappelletto había dedicado su vida al delito, al pecado y la mentira; despreciando cualquier atisbo de moralidad o ética. En los días previos a su muerte es enviado a cobrar unos créditos. En el destino es acogido por dos hermanos napolitanos usureros. Durante la cena se desmaya y comienza a agonizar. Los hermanos que lo han acogido no pueden expulsarlo porque quedarían a ojos de los vecinos como malos anfitriones, pero temen que se conozca la verdadera naturaleza criminal de su huésped. Ciappelleto en su agonía les dice que él arreglará la situación, que busquen al monje más piadoso del convento para que le escuche en confesión.
Personado el monje, Ciappelletto le confiesa que a pesar de dar toda su fortuna a los pobres y la mitad de todas sus ganancias, se considera un gran pecador. Le dice al monje que una vez escupió en la iglesia, y que avergonzaba de ello. El monje asombrado de que considerara el hecho un gran pecado, le dice que el también lo hecho alguna vez. Le dice que una vez maldijo a su madre por derramar un poco de leche. Cada vez más asombrado el monje ante un caso de tan estricta moralidad y bondad, está convencido que está confesando a un santo. Cuando muere Ciappelletto la gente lo considera un santo. Incluso los dos hermanos napolitanos, que conocen la verdad, entienden que debe ser realmente un santo cuando ha hecho por ellos tal representación, estando agonizando.
Las fiestas patronales de Sedaví este año han registrado una novedad.
Parte de la “fiesta” se desarrolla en los “barracons” que inicialmente se instalaban en la plaza y que con su proliferación y molestias fueron traslados a la actual ubicación. Comidas y especialmente cenas en las que se combina música y bebida hasta altas horas de la madrugada llevan aparejadas molestias, ya no solo al vecindario próximo (donde hay gente que no está de fiesta y tiene que madrugar), también entre los propios barracones, sin contar con terceros que se puedan incorporar a la “fiesta” con distintas intenciones.
Sea porque el señor alcalde ahora vive más cerca de la “fiesta” o porque la policía hace lo que es debido para que la fiesta transcurra con normalidad, controlando ruidos y previniendo incidentes (cacheos para requisar armas blancas); algunos “festeros” se han molestado y han puesto en circulación una canción (un reguetón)
(verse 1)Cabanes, dimisión, by @fathomlesstechnology052 | Suno
Cabanes, dimisión,
ya no hay lugar para la tradición,
este año las fiestas son para niños,
nos quitaron el alma y el vino.
…
Hasta los medios de comunicación se han hecho oído, de tan “trascendental” suceso.
Es curioso, que se pida la dimisión de Cabanes por cargarse la “tradición”. Y se pide con un reguetón. Resulta divertido.
Lo triste es que nuestro alcalde que se ha caracterizado por su sectarismo, por su falta de transparencia, por su oscurantismo en la gestión, por su incompetencia, por mentir, por incumplir los acuerdos del Pleno (que representa la voluntad de todo el pueblo y no solo la suya), por permitir corruptelas, (hace unos meses denunciaba ValenciaPlaza en base al informe de Antifraude)…
https://www.antifraucv.es/wp-content/uploads/2024/04/20240328_AYUNTAMIENTO-DE-SEDAVI.pdf
y que a fecha de hoy no se conocen las medidas ha tomado (Antifraude le daba un plazo), o que va a tomar con infractores y defraudares; lo triste, decimos, es que se pida su dimisión por una actuación correcta de la policía y no por su comportamiento antidemocrático y sospechoso. No les extraña su tolerancia con los delitos urbanísticos y con los defraudadores de impuestos, no les preocupa su probada incompetencia (Edificio Multiusos, Piscinas…), no piden su dimisión por incumplir los acuerdos votados en Pleno,… ¡les preocupa que les hagan bajar el volumen de la música!.
A Ciappelletto lo consideron santo por sus mentiras, olvidando la realidad de una vida de inmoralidad.
A Cabanes quieren hacerlo “mártir” vía reguetón, ignorando lo realmente vergonzoso de su proceder en el ayuntamiento.
La verdad es que algunos, tienen el alcalde que se merecen.
Otros lo padecen.
