ELS TIMEM COM VOLEM

La Mancomunidad Intermunicipal de L´Horta Sud, presidida por el alcalde de nuestro pueblo José Cabanes, repartió unas pancartas, pagadas con dinero público, en conmemoración del día del orgullo LGTBI+. El propósito parece ser que en “ningún ayuntamiento se quede sin visibilizar en sus balcones el derecho a que cada uno pueda decidir a quien quiere amar”.

Por respeto, no quiero saber y tampoco me interesa conocer a quien quiera amar cada cual (o cada “cuala”). No quiero que me lo visibilicen. Quiero que esa persona sea libre, totalmente libre para hacer lo que quiera respetando a los demás. Me molesta que tenga que ser tutelada por políticos y chiringuitos que lo que realmente están visibilizando es una supuesta merma de derechos, cuando no de facultades, por otra parte inexistente. En definitiva un insulto envuelto en papel multicolor.

Estos hipócritas remarcan que la pancarta es más necesaria que nunca, “y más en un momento en el que la ultraderecha ha ocupado puestos de poder tras el 28-M”.

Es evidente la utilización del colectivo LGTBI+  con fines políticos, coartando la libertad de los consistorios salidos de la voluntad popular en las últimas elecciones municipales y autonómicas. Enseñando la patita de dictadores que les caracteriza. Cuando gobiernan (mandan, realmente) no aceptan ninguna sugerencia de la oposición, no son transparentes, mienten y descalifican; y cuando pierden el poder quieren seguir marcando directrices a los elegidos por el pueblo para sustituirles. Deciden que ningún ayuntamiento de la Mancomunidad deje de exhibir la pancarta. No entienden el mensaje democrático: el pueblo ya no quiere que decidan ustedes.

Califican a PP y VOX como extrema derecha y a Bildu como salvador de vidas y a la verdadera extrema izquierda la incluyen en el gobierno de la nación.

Aquí en casa, hay que recordarle al presidente de la Mancomunidad y alcalde de Sedaví, su negativa a materializar la propuesta del PP de dedicar un espacio a la VICTIMAS DEL TERRORISMO. Parece que no se merecen ser visibilizadas. Mejor olvidarlas, eliminar de la memoria la figura de Miguel Ángel Blanco, símbolo de todos los asesinados por ETA “independientemente de su ideología política” (como dice el presidente de la Mancomunidad).

Y por supuesto, de dar visibilidad a los enfermos de ELA, nada. Soluciones, menos.

Ustedes son una estafa. Lo han sido siempre.

Pero cada vez timan a menos incautos. Aunque en Sedaví parece que quedan muchos.

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