
Pedro “Nomeconsta” Sánchez, después de la flotilla, el aborto, Mazón… vuelve a sacar a Franco de la tumba. Es una obsesión con el Generalísimo. No puede esconder su admiración, pero no quiere que la gente que no lo conoció se entere. Por eso quiere hacerlo desaparecer de la Historia. Hace 50 años que murió el dictador, la mayoría de los españoles ni siquiera conocían su existencia (el nivel educacional es el que es), pero de tanto sacarlo a relucir Sánchez, la gente va informándose. Y muchos conociendo a Sánchez, comienzan a pensar que Franco no debía ser tan malo cuando Sánchez -que siempre miente- dIce lo contrario.
Pedro “Nomeconsta” quiere eliminar todo rastro de la dictadura (la de Franco, no la suya). Hay que retirar cualquier vestigio que permita a un joven espeleólogo averiguar que fue aquel periodo, no sea que encuentre una placa del Instituto Nacional de la Vivienda de 1954.
No hay que dejar piedra sobre piedra de lo que se hizo durante el gobierno del dictador Franco. El Valle de los Caídos y su Cruz molestan al autócrata. No vaya a ser que algún nieto pregunte al abuelo quién era Franco y el abuelo le diga que el que consiguió que los españoles salieran de la miseria, el que cambió a “proletarios por propietarios” de viviendas, el que estableció derechos laborales mejores que los actuales (45 días de indemnización por despido, por ejemplo), el que consiguió las menores tasas de delincuencia en el país… eso sí, era un dictador. Se corre el riesgo de que el nieto le diga al abuelo: ¿Dictador? lo mismo que ahora, pero ahora sin poder comprar vivienda y fritos a impuestos. Y el abuelo lo mire y piense: mi nieto va a votar a VOX.
Es triste para un niño de 3 años (edad que tenía Sánchez cuando murió el dictador) haber sufrido tanto. Y no solo él, todo su entorno. Sus padres, funcionarios en la administración franquista, después empresario. Su suegro y familia, perseguidos por feministas y luchadores contra la trata de blancas. Un niño seguramente obligado por la miseria del régimen franquista a trabajar hasta 1975 en que (según el PSOE), España consiguió la LIBERTAD.

Ahora hace 50 años. Y vamos a aprovechar esa libertad para borrar todo aquello que recuerde a Franco. Y vamos a convenir con Bildu (herederos de ETA) la memoria democrática de este país. Y vamos a convertir este país en un referente de Libertad: tendremos la libertad de estigmatizar, ilegalizar y si viene el caso encarcelar al que libremente disienta. Hay que hacer desaparecer 40 años de Historia de España. En Valencia, estábamos temblando. Cuando el gobierno progresista de Sánchez decida revertir el Plan Sur de Valencia y volver a la situación anterior a su construcción tendremos que ir buscando una nueva vivienda de esas que promete Sánchez en un lugar a mayor altura sobre el nivel del mar, en los Pirineos de Huesca, por ejemplo

Una vez retirados todos los símbolos, destruidas las obras testimonio del periodo franquista, los españoles ya seremos completamente felices.
Ya notamos un verdadero alivio en nuestra situación vital el día que Sánchez exhumó el cadáver del dictador. Nadie se explica como se había podido vivir en España con el cadáver de Franco en el Valle de los Caídos y sin profanar su tumba.
Una vez movidos los restos de Franco, ya ibamos a trabajar con más alegría. Nuestro equipo de fútbol ganaba. El café de la mañana sabe mejor desde entonces. Los bocatas sin Franco en El Valle, eran más grandes, con más ingredientes. Con un botellín de cerveza de 33 cl llenabas un tanque de litro. Todo era luminoso y mágico.
Si se derruyen los cuatro millones de viviendas sociales creadas durante el gobierno de Franco, todo será más fresco, más aireado. Más bucólico. Ansiosos estamos por que llegue esta medida progresista, este nuevo ejemplo de libertad.
Cualquiera diría que el día que “muevan” a Lenin o Mao van a mejorar un motón las libertades y condiciones de vida en Rusia o China y de rebote en Cuba, Corea del Norte o Venezuela. No entendemos porque no lo hacen estos amigos de Sánchez.
Ahora, arrasando con todo, prohibiendo todo lo que haga referencia al franquismo, será definitivo. Podremos, finalmente disfrutar de una vida plena. Proliferarán las viviendas asequibles, se frenará la pérdida de poder adquisitivo y desaparecerá la delincuencia. Se estudiará en las universidades como un hito del progresismo sanchista.
Aunque conociendo a Sánchez, la desaparición del franquismo no será definitiva.
Algo dejará. Igual vuelve a necesitar echar mano de él.
