LA TRILOGIA DEL FANGO

(Dirigida por Pedro Felone y música de E. Moroccone)Pocos seremos los que no hemos visto todas o alguna de las películas de la que ha venido a llamarse “la trilogía del dólar” (también conocida como “trilogía del hombre sin nombre”) eran tres películas italianas (spaghetti western) interpretadas en su papel principal por Clint Eastwood, dirección de Sergio Leone y música de Ennio Morricone. “Por un puñado de dólares”, “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”. Rodadas en Almería y otras localizaciones en España fueron un éxito en los años 60. Las películas realmente no tenía ninguna conexión ni continuidad.

En la “TRILOGÍA DEL FANGO” si que existe esa conexión. “La Moncloa tenía un precio”, “Por un puñado de votos” y “El malo, el feo y el peor”. Y todas ellas mezclando corrupción, delitos, incumplimiento de las leyes, mentiras y con un fin: acabar con la democracia e instaurar un régimen bolivariano. Para el dueño del pueblo y su banda no existe la ley. Él es la ley. Puede asaltar cualquier institución. Colocar a los más inmorales en los puestos destinados a vigilar el cumplimiento de la legalidad.

El caso de Conde-Pumpido hay que recordar cuando como fiscal general con Zapatero, y la vomitiva negociación del Gobierno con la banda terrorista ETA, dijo que había que había que mancharse la toga con el polvo del camino. El polvo con el tiempo se convirtió en lodo y ahora fango. Este es uno de los casos en que la cara es el reflejo del alma. Ahora, aupado a presidente del Tribunal Constitucional para seguir enfangando las instituciones y la democracia española, no tiene reparos en cumplir con la misión que le ha encomendado el sátrapa. Las togas son baratas y algunos combinan bien con la suciedad. El fango es su hábitat.

Álvaro García Ortiz, personaje con una sonrisa estúpida, encantado de conocerse (y de conocer a Dolores Delgado, otra pieza) ha aterrizado en las Fiscalía por su falta de escrúpulos, por su incompetencia y seguramente con la esperanza de emular a Conde-Pumpido. Delinquió en el caso del filtrado de información personal de la pareja de Ayuso y además de manera chapucera involucrando a subordinados. Esperemos que la Justicia funcione y se le borre esa sonrisa que luce a modo de “¿a que no pensabais que iba a subir tan alto?”. Ya se permite acercarse mucho al jefe y a la jefa y con su mueca parece que les quiera hacerse saber, que les está salvando el culo. Cuando el suyo peligre, que puede ser pronto, que recuerde a Ábalos (por otra parte, infinitamente más inteligente que él).

Y finalmente el jefe. El jefe del fango. Todo lo que toca pringa y huele mal. Es el peor. A nivel de Fernando VII el rey felón. Y superándose.

El peor, necesita estar en La Moncloa, necesita la impunidad que le ofrece el cargo. Perdió las elecciones y sabía que La Moncloa tenía un precio. Por un puñado de votos hará lo que sea. Necesita tiempo para copar todas las instituciones.

Está arruinando a la ciudadanía, en lo económico, en la educación, en la seguridad, en justicia, en convivencia… por mucho que los indicadores macro de la economía den datos positivos, los indicadores de vida de los ciudadanos se deterioran día a día, mientras las grandes empresas incrementan beneficios y esperan vivir a golpe de BOE.

La corrupción campa por sus fueros y además existe el incentivo para que crezca. Ahí está Conde-Pumpido para “revisar” lo que se le ordene. No vió los ERES del PSOE Andalucía, ni el “caso Faisán” ni como socialistas se enriquecían inexplicablemente …

¡Será por togas!

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