“Un hombre vale, lo que vale su palabra”.

¿Ha dejado de ser España, ya una Democracia?

Llegó al poder mintiendo. Su doctorado “copia y pega” solo fue el principio. “Su” libro escrito por otra y leído por nadie, otra mentira. Sánchez es la mentira permanente.

Seguramente toda su vida es una mentira.

Llegó al poder coaligándose con el resto de lo peor del espectro político, después de repetir decenas de veces que nunca lo haría, que no podría dormir. Y se ha convertido en socio y rehén de golpistas, filoetarras, comunistas y por ende a convertido a la nación misma también en rehén. Su consejo de ministros está trufado de indignidad, ineptitud y revanchismo.

Nos mintió durante la pandemia, ocultando las cifras verdaderas. Nos miente por boca de sus ministros a diario. Acusa al PP de inconstitucional por no renovar el CGPJ pero se niega a hacerlo salvaguardando la independencia de sus miembros como indica Europa. Casi engaña al cándido Feijoo y su monosabio González Pons.

Ha eliminado el delito de sedición por imposición de ERC. Mintió diciendo que lo modificaba por acercarse a la legislación de los países europeos, donde la penas incluso son superiores.

Va a dejar sin sentido el delito de malversación, como si la malversación dependiera de que alguien se haga rico o no. La malversación es la administración desleal del patrimonio público, sea para “metérselo en el bolsillo” o para destinarlo a un fin distinto al original. Es malversación porque se roba el patrimonio público.

Y lo roba un político. Si lo gasta en asar vacas o comprando voluntades de votantes, es indiferente.

¿Habrá que considerar menos asesino al criminal que mata a una persona para evitar que lo denuncie por  otro delito, que al que asesina y además le roba el móvil a la víctima?. 

Cada vez es más evidente el deterioro de las garantías de los españoles de a pie.

Podemos ser robados, ninguneados, amenazados, no podemos elegir la lengua de educación de nuestros hijos, empobrecidos por impuestos abusivos, mientras desde la indefensión vemos como el político delincuente adapta la legislación a su gusto.

Y por su no fueran suficientes estas aberraciones, designa a dos lacayos socialistas, el exministro Juan Carlos Campo y a la ex alto cargo de la Moncloa y asesora de la Generalitat de Cataluña, Laura Díez y amenaza a los vocales para que designen a los dos candidatos que deben nombrar y evitar que el Tribunal Constitucional rechace el nombramiento de sus dos lacayos.

Muchas prisas por asaltar el Poder Judicial. No debe quedar ningún órgano del Estado que impida a su Sanchidad detentar todos los poderes. Sin ningún contrapeso. El nombra al fiscal o fiscala general del Estado, controla el Poder Judicial y elabora o modifica las leyes a su antojo.

El es el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.

Decía Montesquieu, que “todo hombre que tiene poder se inclina por abusar del mismo; va hasta que encuentra límites. Para que no se pueda abusar de este hace falta que por la disposición de las cosas, el poder detenga al poder”.

En las democracias representativas, la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, que son ejercidos por órganos de gobierno distintos, autónomos e independientes entre sí, son su cualidad principal.

La deriva de este gobierno asusta. Las libertades para el pueblo se recortan y la impunidad de los gobernantes es casi absoluta. A un paso de la dictadura.

¿Tan enferma está esta nación para que sigan votando a Sánchez y sus socios?

¿No han visto donde está Venezuela?: dictadura, miseria y hambre.

Febrero 2023

Deja una respuesta