Del “VUELVA USTED MAÑANA” al ¿TIENE CITA PREVIA?.

Hace casi doscientos años publicaba Mariano José de Larra en el número 11 de enero de 1833 de la revista El Pobrecito Hablador. Revista Satírica de Costumbres, el artículo “Vuelva usted mañana”. Allí satirizaba y criticaba la burocracia española de hace dos siglos y atribuía todos los males de España a la pereza.

Los tiempos han cambiado e igual que actualmente encuentras funcionarios diligentes y cumplidores, la tónica general debía parecerse a la descrita por Larra. Y digo que los tiempos han cambiado, pero no los vicios. El tintero y el timbrado han sido sustituidos por el ordenador, los contestadores automáticos, firmas digitales, las app y mil puñetas más que son incapaces de ofrecer la ayuda que el administrado necesita en muchas ocasiones para cumplir con obligaciones que le impone la Administración, la misma que al mismo tiempo le dificulta cumplirlas.

El trato personal ha desaparecido. El funcionario no está, y cuando está se convierte en muchos casos en un muro donde rebotan todas las demandas del ciudadano. La pandemia ha acrecentado el problema. El teletrabajo, en muchos casos es la justificación perfecta para no estar. Hay que cumplir con los protocolos COVID, que parece que solo afectan a los empleados públicos. El personal de Mercadona o Consum están a plena presencia desde el primer día, los transportistas igual, los agricultores, los obreros de fábricas o de la construcción…

Este trato desigual, está provocando verdadero sufriendo en la población, especialmente a los ciudadanos de edad avanzada que en cuestión de meses han visto con impotencia como han pasado a ser ciudadanos de segunda, tanto para las Administraciones como para la banca que les ha abandonado. Ya no son ciudadanos ni clientes, son un estorbo. Y la generación del baby boom son los siguientes. Por supuesto, tampoco escapan los jóvenes, que víctimas del sistema educativo tampoco tienen acceso fácil a cualquier trámite. Prueba de ello son los “bonovotos culturales” del Gobierno para jóvenes de 18 años que no llegarán a cobrarse.

¿Quién no ha llamado a un teléfono de atención pública y se ha encontrado con un “robot” que le ofrece una batería de opciones de las cuales ninguna es la buscada?. Todo ello después de advertir que la conversación será grabada para mayor seguridad, que le informe sobre la Protección de Datos y que le digan que en la página Web encontrará información…

Puede que tenga más suerte y después de oír la letanía cibernética y de protección de datos, le digan que si el motivo de su llamada no se ajusta a ninguna opción de las enumerados “espere y será atendido por un/a operador/a” para inmediatamente después decirle que “todos nuestros operadores están ocupados, llame más tarde”. Y le cuelgan.

Si armado de valor se presenta en la Administración en concreto y se dirige a la ventanilla de atención, muy probablemente se va a encontrar con la pregunta “¿Tiene cita previa?”. Lo mismo da que sea un registro y no haya nadie esperando, la CITA PREVIA es el VUELVA USTED MAÑANA de hace dos siglos. Y es que el protocolo COVID es así, nos ponemos en riesgo en ese momento y al volver, si tenemos suerte de conseguir la cita previa.

Han pasado doscientos años y estamos igual.

Nuestro ayuntamiento de Sedaví y ambulatorio son dos casos manifiestamente mejorables en este aspecto. Deberían pensar que la persona que acude por obligación o necesidad merece el respeto debido como persona y como contribuyente que paga su sueldo. Son muchas las quejas al respecto.

Y que conste que de vez en cuando te encuentras con algún funcionario/a cumplidor/a que te hace pensar emulando a Bécquer “Hoy he ido y me han atendido, hoy creo en Dios”.

Octubre 2022

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