“El máximo órgano de control político y de dirección del Partido Socialista a nivel estatal es el Comité Federal, responsable de dirigir la política del PSOE y controlar la gestión de la Comisión Ejecutiva Federal (CEF), entre otras funciones”.
Una descripción corta sacada de la web https://www.pspvpsoe.es/es/comite-federal/ y aun así excesivamente larga. El Comité Federal del PSOE es la CLAQUE* DE SÁNCHEZ. Sin más.
* Del fr. claque.
1. f. Grupo de personas que asisten a un espectáculo con el fin de aplaudir en momentos señalados. La claque.
2. f. Grupo de personas que aplauden, defienden o alaban las acciones de otra buscando algún provecho.
Dice Sánchez ante su claque: «En el nombre de España, de su interés y en defensa de la convivencia, defiendo la amnistía»
Y la claque aplaude, aprueba y se asegura el puesto y el sueldo. Indigno. Pero cuando uno/a no puede ganarse la vida honradamente, recurre a lo que sea. Apoya a un sinvergüenza con poder, mentiroso y corrupto que no se atreve a consultar a esa España que dice defender. Se limita a la pantomima de consultar a vendidos tan inmorales como él. En todo el Comité Federal no se encontrará a nadie digno. Todos obedecen a sus intereses: conservar el puesto y las prebendas. Mayormente Page, que sabe que sus intereses en Castilla-La Mancha pasan por parecer el menos miserable del PSOE a ojos de sus paisanos. Pero seguirá votando a Sánchez, como Felipe y Guerra. ¡Qué ejemplo!.
Y parece ser que la pregunta que Sánchez va a hacer a su claque para que responda afirmativamente es:
«¿Apoyas el acuerdo para formar un Gobierno con Sumar y lograr el apoyo de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria?».
Igual adjunta una nota recordándoles quién los ha puesto en su puesto y la consecuencias de no ajustarse al guion.
¿Por qué no se atreve Sánchez a preguntar a España que opina de la amnistía a delincuentes? ¿Por qué se limita a preguntar su Comité que lleva aparejado el puesto al “si” como respuesta? ¿Qué necesidad de preguntar por un acuerdo ya existente?
Se decía en tiempos de la UCD que la democracia en España no sería real hasta que alcanzara el poder un partido de izquierdas. Ahora habría que corregir y decir, que la democracia no será real, hasta que castigue a sus enemigos de manera ejemplar.
En caso contrario, desaparecerá.