Ahora toca la vivienda. Hay que mantener caliente el voto.
España ha sido tradicionalmente un país de propietarios. La gente mayormente no vivía de alquiler. Podía comprarse al menos una vivienda.
En los años 60 del siglo pasado en Sedaví se produjo la llegada de emigrantes de otras zonas de la nación, especialmente Andalucía, Extremadura, Castilla La Nueva (esa era su denominación en esas fechas) y también del interior de Valencia.
Sedaví pasó de 2.987 habitantes en 1950 a 5.450 habitantes en 1970 y a 8.213 habitantes en 1981.
La población en Sedaví creció un 82% entre 1950 y 1970 y un 175% desde 1950 a 1981.
(Datos INE)
Curiosamente no hubo un problema de vivienda. Por ejemplo, en el año 1959 se terminó la construcción de los edificios de “El Macetero”. Viviendas en pisos y bajos entre 50 m2 y 77 m2. Viviendas pequeñas, pero dignas y en propiedad. Algún local comercial. En la esquina el bar Leyland donde se podía tomar alguna tapa, jugar a cartas y sellar la quiniela.
65 años después estas viviendas son un “lujo” que no está al alcance de todos. Ya no el adquirirlas, el poder alquilarlas.
Y como el grupo “El Macetero”, otras promociones, que con el tiempo fueron incorporando los avances y crecieron en metros de superficie. La gente trabajaba y pagaba en pocos años un hipotecario que podía devengar un 12% de intereses. Y pasaba a pensar en comprar un trozo de secano y construirse su casita para ir los domingos o comprarse un Seat 600 (no un patinete). Los más afortunados un apartamento en la playa. La gente progresaba. Eso sí, progresaba sin progresistas.
Resulta que llevamos décadas de gobiernos progresistas y los trabajadores cada día estamos en peor situación. Según el marido de Begoña, el país va como un cohete, crece el PIB pero no crece la renta per cápita de la gente trabajadora. El paro juvenil de récord. Y lo único que realmente ha crecido ha sido las llamadas políticas sociales equivocadas que disuaden de trabajar a muchos.
Es increíble que la economía que nos venden como la que más crece de Europa, lo único que genera es en gente vulnerable económicamente. Y se da la paradoja que existe un ejército de parados y un catálogo enorme de puestos de trabajo vacantes. Y otro ejército de inmigrantes sin preparación esperando las ayudas sociales que les van a mejorar su vida y en muchos casos permitir vivir sin trabajar.
En tanto, nuestros mejores universitarios, buscándose la vida en el extranjero.
Hemos conseguido tener un país de titulados universitarios, la mayoría sin la necesaria preparación, pero no tenemos electricistas, albañiles, chóferes, fontaneros, técnicos… y con la excusa del escudo social, un gobierno que esquilma al contribuyente. Ese contribuyente que nunca le dejarán ahorrar lo suficiente para poder dar la entrada de una vivienda y al que esos mismos impuestos gubernamentales y la falta de seguridad que el mismo gobierno fomenta protegiendo a delincuentes okupas; le encarecerán el acceso a la misma.
Descerebradas como Yolanda Díaz que dice que hay que intervenir el mercado de la vivienda o Ione Belarra que dice que su hija le ha preguntado por que hay que pagar por las casas si no se paga por la educación ayudan a crear mayores tensiones y a que disminuya la oferta y por tanto se incremente el precio.
Habría que preguntarles por qué cobran sus altos sueldos, si son incapaces de crear las condiciones que en los años 60 y 70 dieron vivienda a todo el mundo. Su incompetencia es el sufrimiento y la pérdida de un proyecto de vida para mucha gente. No son los alquileres turísticos o vacacionales ni los fondos de inversión los que crean escasez de viviendas, son sus políticas las que desincentivan la construcción. Habría que preguntarles, por qué hay tantos impuestos que gravan la propiedad de la vivienda: IVA, Transmisiones, Plusvalía municipal, IRPF, Donaciones y Sucesiones, Impuesto sobre Bienes Inmuebles, Tasas municipales…
Estas nulidades dicen que se han de intervenir los precios de la vivienda y subir impuestos. Si la construcción de viviendas fuera tan rentable, aparecerían pisos como setas. Y en este tema no pueden echarle la culpa a Franco, en su etapa al menos se construía.
Quizá si estos golfos dejaran de esquilmar al que trabaja, la vivienda sería más asequible.
Pero han de sacar su tajada y alimentar a su pesebre de votantes para perpetuarse en latrocinio.