Esto no va de curar agravios, oír la voluntad popular, diálogo, sensibilidades, plurinacionalidad o cualquier idea falsa que nos quieran vender. Esto va de robar.
Muy interesante el artículo de Jesús Cacho en Vozpopuli
https://www.vozpopuli.com/opinion/padrino-sanchez-cacho.html
Se puede robar todos los días la leche que produce una vaca, y se nota poco, se puede robar el 3% de la leche y ya se nota, se puede robar la central lechera entera EREs de Andalucía, y se nota mucho más, pero la las vacas siguen dando leche. Pero como la avaricia no tiene límites y hay prisas por pillar, estos carroñeros piensan que lo mejor es matar a la vaca y comerse sus despojos rápidamente.
Detrás de la pantalla de los derechos de los catalanes, (y los vascos) los indultos, amnistías y consultas de la voluntad popular (esa que se modela desde el poder y medios) están las reclamaciones económicas. Primero que me perdonen la deuda y que la paguen otros. Después el control de entidades, empresas e infraestructuras que me permitan seguir dándome el atracón. Aunque acabe con todas las vacas. Cercanías, AEAT, Fundación La Caixa… y cualquier ente por el que pase dinero.
Y por si acaso se deja algo por atar, que indulten al capo Don Pujolone y famiglia. ¿Por qué castigar y que paguen unos delincuentes si vamos a seguir delinquiendo ahora que es gratis?. Esa misma retroactividad que ha beneficiado a tantos violadores, ahora aplicada a los corruptos y ladrones. Después pedirán indemnizaciones hasta los quebrantahuesos.
Pero la pregunta es ¿habrá bastante para la cantidad de hienas y buitres que componen las manadas y bandadas que son hoy los partidos políticos “progresistas”?. Seguramente, no.
Donde aterrizan estos buitres, no queda nada. ¿Qué fue de aquellas Cajas de Ahorro bien gestionadas y su importante labor social cuando políticos y sindicatos coparon sus consejos de administración? Fueron devoradas y el “entierro” se pagó con cargo al contribuyente.
El siguiente paso, será incrementar (más) la presión fiscal a la ciudadanía que no esté ya en la miseria, para saciar su apetito cleptómano. Eso sí, con la excusa del escudo social.
No hay agravios, no hay sensibilidades ni represión de voluntades populares. Hay hienas y buitres que piensan atiborrarse de corderos contribuyentes una vez agotado el festín inicial. Parece que Ferrovial lo tenía claro. Otros, si pueden. Seguirán el ejemplo