No sabemos si la sectaria Pilar Bernabé habla inglés. Lo que si sabemos es que dice ser licenciada en Filología Hispánica y escribe muy, pero que muy mal. No distingue un sustantivo masculino de un adjetivo. Como en el caso de “miles” que por ser sustantivo masculino, el determinante que lo acompaña debe ser también masculino. “LOS MILES DE PERSONAS…” y no “las miles de personas…” como escribe la filóloga.
Sutiles diferencias LICENCIADA.
Igual es que no distingue el inglés del castellano.
Pero no todo va a ser deleznable en usted. Su faceta cómica, que la tiene, es motivadora.
Dice que todo el mundo se quedó boquiabierto en Davos (2023) con el discurso de su presidente Sánchez. Es posible incluso que alguno bostezara. Ya no por falso, impostado y repetitivo. Por aburrido. Quedaba tan ridículo escuchándose a sí mismo, agradándose, con el pin de colorines en la solapa (que ya no exhibía un año después en 2024) que daba sopor.
El DISCURSO (en mayúsculas) en Davos (éste en 2024) fue el de MILEI. Ganó por goleada a pesar de jugar fuera de casa. ”Occidente está en peligro”. Un ataque directo al socialismo. Y era precisamente todo lo contrario de lo que Sánchez representa. Mientras tanto el “estadista” Sánchez que tanto respeto infunde en Davos tenía que reunirse en el cuarto de las escobas con los empresarios del Ibex35. Boquiabiertos y con el culo cerrado.
Toda esta exposición, no tiene nada que ver con el título. Simplemente queríamos mostrar que la “operación Bernabé” no se inicia con la DANA (repetimos: RIADA). Viene de lejos. La delegada de Sánchez ya se significaba, chaqueteaba y se arrastraba acercándose al gran hacedor de La Moncloa. El que es capaz de convertir en ministro a cualquier indigente intelectual. Es más, parece ser un “mérito”.
Ya en 2023 Pilar Bernabé entendía que el método con mayor éxito para trepar chaqueteando es el del insulto solapado a la oposición y se aplicaba.
Lo que parece no entender esta exaltada es que hasta el chaqueteo tiene sus límites. Y pasar el límite supone quemarse.
Han pasado casi tres meses del infame comportamiento de la delegada durante y después de la RIADA y ya solo tragan con sus cuentos y comparecencias los muy cafeteros.
Y es cuestión de tiempo, que tenga que dar explicaciones.
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