Que el paro es un mal para la sociedad es evidente. Que hay que reducirlo a la mínima expresión, también. Evidentemente el fenómeno del desempleo se debe a distintas causas. Desde el paro voluntario (siempre ha habido gente que no ha querido trabajar) hasta el paro por falta de oportunidades, ya sea por inexistencia de empresas generadoras de empleo o la falta de preparación o adaptación de los parados a los empleos demandados.
En definitiva, la mejora pasaría por desincentivar al parado voluntario e incentivar el empleo. Pero como siempre, si alguien puede hacer mal las cosas en ambos sentidos es la Administración. O las Administraciones. Y esto es así porque al político que dirige solo le interesa su empleo y los de su entorno. Y para mantener “su empleo” y el de sus afines, las actuaciones suelen tener siempre el carácter de prebendas y paguitas electorales. Y maquillaje estadístico.
Cualquier proceso de mejora se inicia con la identificación del área a intervenir, análisis y evaluación de la situación previa, establecimiento de objetivos, elaboración de planes de actuación y su implementación. Finalmente, la evaluación de resultados obtenidos frente a la situación previa y verificar que la relación coste/beneficio justifica el proceso.
En Sedaví, y no solo en Sedaví, vemos pequeños contingentes de personas de toda edad con sus equipos de LABORA. Concretamente en Sedaví las especialidades que se ofrecen son las de jardinería y administrativos/as. Son varias ediciones ya.
El proceso de selección de los candidatos/as para acceder a los cursos considerando las condiciones físicas o formación previa de cada candidato/a no parecen ser muy rigurosas. Los cursos ofrecidos, es dudoso que se ajusten a la demanda laboral. Muchas jardineras y administrativos para un pueblo como Sedaví y alrededores. Pero podemos estar equivocados. Nos lo tendrán que aclarar quienes manejan el asunto.
¿Se ha hecho alguna evaluación de resultados de los cursos de LABORA? ¿Cuántas personas que han realizado dichos cursos han encontrado empleo en la empresa privada o se han convertido en autónomos? ¿Cuál es el coste y el beneficio? ¿De los que encuentran empleo, cuantos con relación a los cursos efectuados?
Tan triste resulta ver a personas con edad cercana a la de jubilación o con condiciones físicas inadecuadas para desempeñar trabajos de jardinería “en la vida real”, realizando estos cursos, como a gente joven que en teoría se debía haber estado formado hasta “anteayer” y ahora se apunta a cualquier salida que le ofrezca un sueldo temporal. En la foto de cabecera vemos a varios jóvenes (muy jóvenes) realizando un curso de jardinería. Si realmente es la jardinería la salida profesional que deseaban, ¿Por qué no estudiaron dicha formación profesional en sus estudios? En la foto de arriba una cuadrilla de jardinería en Sedaví.
Constatación de un doble fracaso: el de la educación y formación de la gente joven y el de los parches LABORA o sistemas similares.
Eso sí, los “programas” con nombres rimbombantes. ”Itinerarios integrados para la inserción sociolaboral de personas en situación o riesgo de exclusión social”. Ha faltado lo de la perspectiva de género. Para el próximo.
Estos recursos, en manos de administraciones locales, terminan por ser una herramienta electoral, una dádiva en manos de alcaldes o partidos políticos a cambio de la fidelidad en las urnas.
Y la sociedad lo está aceptando. Empobreciéndose y tragando.
Se llama “progresismo”.