CRONICA DE NUESTRO AYUNTAMIENTO
Paseando por Sedaví podemos encontrar desde los octógonos protectores frente a la violencia de género, las cuadrillas de Labora o una colección de heces y orines de perros adornando aceras, esquinas y el alfeizar de puertas. Por citar tres casos visibles que nada tienen que ver entre sí pero con nexo común. El dinero público.
El tema de los octógonos protectores (escudos anti maltratadores y violadores, aparentemente) genera una duda ¿si una persona cruza desde Sedaví a Lugar Nuevo de la Corona, donde no existen estos octógonos; pierde la protección? ¿El escudo protector de Alfafar llega a Lugar Nuevo de la Corona?. Claro, es un tema complicado, que seguramente se podría resolver entregando a cada persona un llavero con el octógono protector que al llevar siempre consigo estaría permanentemente protegido/a. Habría que contactar con una empresa “amiga” que por un precio razonable los suministrara. Y digo suministrara porque seguramente se fabricarían en China y por tanto habría que comprobar que eran auténticos llaveros protectores garantizados y no falsificaciones. Demencial, ¿no?.
En cuanto a LABORA (el SERVEF valenciano) nos aporta cuanto menos colorido. Los equipos de trabajo con los rótulos identificativos le dan un plus de color a nuestras calles y jardines. En Sedaví se han realizado cursos de jardinería y de administrativos/as. Con un presupuesto que supera el MILLÓN de euros.
Nunca la zona del cementerio, principal mancha verde del municipio, ha registrado tanta atención como durante las actividades de formación en jardinería de LABORA.
Pero la pregunta es ¿Cuántos/as de estas personas han conseguido un trabajo genuino en una empresa privada o han creado su empresa de servicios de jardinería? ¿Realmente los cursos de formación de LABORA cumplen su objetivo? ¿Este esfuerzo que hacemos los contribuyentes retorna a la sociedad vía creación de puestos de trabajo que generen riqueza y paguen impuestos?. ? ¿Hay datos y estadísticas fiables?. Seguramente, no.
Y el tercer punto. Las heces y orines de perros.
Se nos vendió el ADN Canino como la solución al incivismo de parte de propietarios/as de perros. Hay personas muy cívicas y si tienen un perro, también lo son en cuanto a sus obligaciones: correa, bozal y limpieza. Pero están los otros/as. Esos que cuando su perro caga mira a ver si alguien le está mirando y según, decide si recoge o abandona el “marrón”. Están los/as que dirigen al perro por las aceras para que se alivie y mee en portales, aceras y esquinas. También en el mobiliario urbano. De estos hay de dos tipos, los que llevan la botellita con la bendición acética que igual que diluye (no elimina) la meada ayuda a corroer metales o piedra; y los que no llevan el kit.
¿Cuántos controles de perros no censados se han realizado en Sedaví? ¿Cuántas muestras de cacas se han analizado? ¿Cuántas sanciones a incívicos/as se han puesto?.
Estos son tres ejemplos de despilfarro.
El primero porque responde a una manipulación estúpida. Nadie cree en el efecto de la cartelería. Seguro que es más eficaz aplicar correctamente el código penal. El resto es más de lo mismo y un negociete para los afortunados adjudicatarios.
Los otros dos, partiendo de una buena idea, fracasan porque o no se aplican o se aplican mal. Los cursos de formación se tienen que ofrecer a quién realmente tiene interés en formarse con expectativas de trabajar. Y en la actividad que exista demanda y que le guste desarrollar. En caso contrario son cursos para tener entretenido al personal, retribuido y predispuesto a agradecer a la mano que le paga. Un pesebre de votos en muchos casos.
En cuanto a las heces y meadas de perros, la solución es el pipican o cacacan, el control y las sanciones. Sin ello, el gasto en el plan ADN Canino, otro despilfarro.
La vía pública no debe ser una cloaca. Visiten el final de la calle Garcia Sanchiz.
¿Acaso tiene más derecho un perro a hacer sus necesidades en la vía pública que un humano?. La misma pregunta nos lleva a un escenario escatológico impensable. Pues todo es MIERDA y ORINES.
Y mucho despilfarro.