La culpa a veces no se le puede atribuir a una sola persona.
Muchos son los culpables de que a un liberticida como Zapatero se le votara en dos ocasiones. Y no se le votó una tercera vez porque los hombres de negro abrieron los ojos de muchos descerebrados que constatando la ruina que suponía la “championlig” seguían creyendo las mentiras del peor presidente de España (hasta la llegada de Sánchez) campeón del feminismo y de la alianza de civilizaciones. De hecho dos desastres al elegir a sus ministras por sus pocos méritos y aliarse “civilizadamente” con los países menos tolerantes, especialmente con las mujeres.
Pero después del desastre del actual ministro de asuntos exteriores de la dictadura venezolana vino Rajoy. Y Rajoy se rajó.
No supo dar un golpe en la mesa y barrer toda la basura que había acumulado y consolidado ZP. Igual se creyó aquello que decía la eminente Leire Pajín del “acontecimiento histórico del planeta” con la coincidencia de Obama en USA y Zapatero en la UE. ¿No hay nada que avergüence a un “progresista”?
Rajoy puso en manos del sociópata Sánchez la presidencia del gobierno. No fue el único culpable, pero si el principal y decisivo. No quiso saber nada, no quiso investigar el 11-M, no quiso deshacer el camino hacia el precipicio que recorrió España con ZP. Un blandengue y perezoso. Y se sabe que también se peca por omisión. Un pecado mortal que nos está condenando al infierno de Sánchez. Camino hacia la dictadura. Gobierno de corruptos y ladrones que hace de la mentira y la falta de transparencia su día a día. Y de lo más rastrero del periodismo subvencionado su principal baluarte.
Pero Rajoy ya pasó. Verdad es que el PP lo saca a pasear como si fuera un activo o su gestión como presidente fuera digna de elogio. Ahora es FEIJOO quién preside el PP. Pero la sensación es que no termina de entender en que consiste ser oposición. Y la oposición debe ajustar su “potencia de fuego” al perfil del adversario. No se puede ser blando con la corrupción. No se puede decir “el entorno del presidente” cuando se tiene que decir “Begoña Gómez” esposa del presidente y conseguidora. Para los agraciados “bego.fundraiser”.
Y FEIJOOY al que le atribuían falsamente beneficiar a su esposa con el bulo de Sargadelos, calladito y en plan Gila “alguien que duerme con Sánchez se dedica a cosas feas…”, “alguien que conoce a gente que viaja mucho a la República Dominicana es del entorno de Sánchez…”, “alguien que conoce a alguien que conoce a otro alguien, se tiran a la pera muchos millones de euros…”, “alguien que escribe cartas de recomendación a empresas que son de alguien…”
Tan fácil como decir: B E G O Ñ A G Ó M E Z. Repita Sr. Feioo: B E G O Ñ A G Ó M E Z.
Aunque la “fundraiser” no sea el todo, es donde le duele más a Sánchez y lo que mejor puede llegar a tanto tonto útil y le abra los ojos. Somos una país de envidiosos y resentidos y ver el manejo de miles de millones de manera tan chapucera despierta al más tonto.
¡Despierta, atontado, que se lo están llevando crudo los “progresistas”!
Con tantas fichas: Sánchez, Begoña, Koldo, Ábalos, Aldama, Illa, Armengol, Torres, Hidalgo Air Nostrum, Zapatero, Delcy… el blandengue Feijooy es incapaz de hacer saltar la “banda”.
Sentarse a ver pasar el entierro de tu enemigo no es solución. Un Maduro surge fácilmente en un país abonado por la corrupción y te roba la tarta.
Feijooy no se aplica y su entorno, que quiere seguir siendo su corte, no lo saca del error. En el PP se han empleado más a fondo intentando erosionar a Ayuso que en combatir la corrupción de Sánchez y su banda.
Feijooy ha comprado toda la mercancía averiada que le ha vendido el PSOE, considerando indignos los pactos con un partido constitucionalista como VOX frente a los pactos de Sánchez con filoetarras, supremacistas de extrema derecha, rufianes de todo tipo y comunistas defensores de dictaduras.
Feijooy no se entera o no quiere.
Parece que a la banda de Sánchez le molesta más Isabel Diaz AYUSO que Feijooy. ¿Por qué…?
Feijooy tendría que hacérselo ver. Los votantes del PP se lo agradecerían.
Y parece que las filtraciones ilegales de la Fiscalía o la AEAT de la situación del novio de Ayuso no hace más que reforzar la figura de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
