HUÉRFANOS

Los votantes  lo tienen difícil. A pesar de tener claro que no quieren lo que la banda de Sánchez representa, no acaban de ver en el PP la solución a la deriva del sanchismo.

Con Feijoo (en la oposición) se está repitiendo la conducta de Rajoy (en el gobierno) frente a las locuras de Zapatero. Rajoy fue incapaz de limpiar la mugre que dejaron las dos legislaturas de la ceja y después, a pesar de que eran pocos los que creían que podría venir algo peor que ZP, llegó Sánchez para hundir todavía más al país en todos los frentes: destrozo económico y moral, enfrentamiento, eliminación de delitos, corrupción, empobrecimiento del país y privilegios para delincuentes.

En Argentina, gran país en muchos aspectos, nos llevaban la delantera en el proceso de pudrición de la sociedad. Un sistema perverso que convertía en prisioneros económicos a gran parte de la población, arruinando al país en tanto que los dirigentes políticos acumulaban fortunas indecentes. Una caída en barrena que no presagiaba un cambio de tendencia, pero un líder qué a pesar de sus exabruptos, ha sabido cautivar a una sociedad frustrada cada vez más empobrecida y dependiente. Ha sabido “comunicar” con esa sociedad rehén del sistema de perpetuación de políticos corruptos.

Y ha sabido comunicar porque ha llamado a las cosas por su nombre y anunció lo que iba a hacer si llegaba a la presidencia. Lo gritó. No se presentó como un político continuista que pretendiera solo mover del cargo al anterior.  A pesar de que queden frases como “zurdos de mierda” y similares, lo que hizo Milei es hablar con franqueza a los argentinos de la situación del país y de las soluciones rupturistas que proponía. Tarea de titanes, pero no hay alternativa al kirchnerismo empobrecedor que vampiriza la sociedad aunque se presente como un estado benefactor. Los argentinos, hijos de un estado cleptómano, se han dejado de sentir huérfanos y apostaron por el mensaje de Milei.

En España, no hay mensaje frente a la deriva liberticida del gobierno, acentuada por las exigencias de la ultraderecha de Junts y las concesiones a Bildu y demás. Desde el PP no se lanza el mensaje de que hay alternativa. De que se revertirán todas las medidas dictatoriales adoptadas por el PSOE y sus socios. Que se anularán las despenalizaciones. Que se desmontarán chiringuitos y canonjías. Que se reducirán impuestos eliminando todo gasto público innecesario. Que se exigirán responsabilidades. Que se blindará la democracia para que ningún aventurero pueda utilizarla como mercancía de trueque.

Pero el PP no tiene ni la convicción de que puede desbancar a esta banda. Y no la transmite.

Los españoles están huérfanos con figuras como Rajoy o Feijoo (olvidemos a Casado), personajes acomplejados que son incapaces de movilizar a todo su electorado potencial que no entiende que pretendan continuar con el “progresismo” perverso del PSOE. Preocupados por si les llaman ultras o fascistas los socios de asesinos y golpistas.

Huérfanos y desilusionados.

Pero, ya que no tenemos un Milei, ¿No hay en España una Giorgia Meloni?

Deja una respuesta