(De momento solo para las políticas. Las demás que esperen)
Siglo XIX. “La mujer será realmente igual al hombre el día en que se designe a una mujer incompetente para un puesto importante”. François Giraud.
Siglo XX. “La igualdad llegará cuando una mujer tonta pueda llegar tan lejos como hoy llega un hombre tonto”. Estella Ramey.
Siglo XXI. La igualdad de la mujer (política) en España es completa.
Nunca ha habido tantas mujeres en la política. La cuota ha ayudado a la cantidad. La calidad más bien es deplorable. Pero en cuanto a calidad, sucede lo mismo con los políticos. Cualquier activista, politólogo, afiliado juvenil a un partido, familiar de…, tiene cabida en la política actual. La política de pillar. Pillar puesto, pillar sueldazo, pillar.
No importa no haber trabajado nunca, no tener estudios ni valía. Lo importante es que el jefe esté convencido que le vas a ser fiel y no crear problemas. Para ello es muy importante que el jefe sepa que sabes que tu puesto se lo debes a él y no a tus méritos. Que estás ahí, en el cargo que nunca hubieras alcanzado por esfuerzo y capacidad, por su decisión. Es importante también ser mediocre y a ser posible con alguna mancha en el pasado, garantía de la sumisión a todas las decisiones del jefe, por indignas que sean. Si el jefe se enfada te vas a casa o se ventilará algún dossier. La falta de principios también es un mérito. Ahí tenemos a Patxi López, que con este único atributo está viviendo a costa de los contribuyentes muchas décadas.
Con estas premisas no es extraño ver hombres y mujeres en la política que son totalmente prescindibles. Igual de prescindibles.
Las mujeres políticas no pueden quejarse (quizá solo de no ser presidente) ya que ocupan altas instancias, muchas vicepresidencias (las que haga falta) y muchas secretarías de Estado.
Que no se ofenda Lilith Verstrynge por no salir en la ilustración. Se han quedado muchas y muchos fuera. Cuestión de espacio. Aunque ella no abulte mucho. Tampoco está “Pam”.
Ahora que las mujeres políticas ya son iguales a los hombres políticos (en derechos y retribuciones), ¿van a luchar porque las mujeres trabajadoras sean igual que ellas?, ¿o esto va por barrios? ¿no les avergüenza su egoísmo?, ¿cómo son capaces de cobrar las dietas y complementos libres de impuestos (superiores al SMI) mientras una “kelly” (camarera hotel) tributa hasta por el último céntimo?, ¿van a renunciar a sus privilegios en pro de la IGUALDAD de todas las mujeres?
Que pena que se insulte tanto a las mujeres de valía en nombre de la igualdad. La igualdad que quieren vender y que muchos y muchas compran, es la uniformidad. Igualar por lo bajo. La igualdad en la pobreza (de todo tipo).
La igualdad a la que debe aspirar una sociedad es la que se obtiene de la equidad. Las mismas oportunidades y condiciones tanto para hombres como mujeres. Lo otro es empobrecimiento. Mediocridad.
De momento, esa equidad ya no se da entre las mujeres de la política y el resto de las mujeres. Una mujer fuera de la política tiene que luchar mucho por la equidad, paso previo a la verdadera igualdad (que no uniformidad).
En la política progresista de España la “igualdad” se obtiene sometiéndose al jefe de turno.
¿Igualdad o sumisión por la paga?