Estos días estamos soportando un bombardeo constante por parte de Sánchez y su banda justificando todos sus desmanes en el hecho de que hay cargos caducados en el Consejo General del Poder Judicial o en el Tribunal Constitucional (lo mismo les da). Esta es la excusa para aprobar una batería de leyes que solo benefician a delincuentes: desaparición del delito de sedición, suavización de la malversación, entre otras.
Sin contar con otras leyes que están dejando en libertad a violadores o como la “Ley Trans” que va a condicionar el futuro de menores fácilmente influenciables y especialmente vulnerables y poco informados de las consecuencias a largo plazo, que ya se han manifestado en otros países (Países como Suecia, Reino Unido y Finlandia han modificado los protocolos médicos).
Pero el único problema de España son los cargos caducados, y por supuesto, como no se renuevan los cargos a gusto de Sánchez, los jueces son unos golpistas que atacan la voluntad del pueblo. Que impiden a los representantes democráticamente elegidos hacer lo que les de la gana. Sin control.
Este es el concepto de DEMOCRACIA y PUEBLO que tiene la banda que nos gobierna.
Para ellos, DEMOCRACIA es votar una vez y una vez votado, el agraciado por las urnas o por los más indignos pactos ya se considera dueño absoluto del Estado. Para estos dictadores disfrazados de demócratas no hay diferencia entre Gobierno y Estado. Y de ahí, a perpetuarse en el poder por cualquier medio no dista nada. No importa haber mentido al pueblo e incumplir todas las promesas.
Y el PUEBLO es un grupo de personas que votan cada cuatro años sin derecho entre tanto a enviar a su casa al aprendiz de tirano que les ha mentido para conseguir su voto y les engaña y arruina desde el gobierno. Sin sonrojos. En el mismo discurso informa sobre la maravillosa situación económica de España mientras dice que hay que ampliar el escudo social (vía más impuestos) porque cada vez hay más familias en situación de vulnerabilidad. Y el que no le crea es un fascista.
Para evitar el ascenso de tiranuelos, en las verdaderas democracias existe la división de poderes y distintos contrapesos que impiden que el gobernante elegido pueda convertirse en un dictador.
Esa división de poderes es la que quiere eliminar Sánchez porque realmente no ha sido nunca un demócrata. Por mucho que repita el mantra de los cargos caducados.
¿Podríamos los españoles argumentar que dado que no se renuevan los cargos, no pagamos impuestos?.
Seguro que no.
De la misma manera, sus socios separatistas (otros que quieren ser dueños de “su” parte) argumentan que en democracia no se puede prohibir votar. Que no se puede impedir que el pueblo hable. El argumento suena bien. Aparentemente, democracia en esencia.
¿Podríamos los españoles o una parte, votar en consulta (referéndum) si pagamos impuestos?.
Seguro que tampoco.
Lo que vale para los “representantes del pueblo” no vale para el pueblo.
Y es que España, es un país de CONSTITUCIÓN débil y DEMOCRACIA enferma.