A Sánchez solo le gusta Sánchez. Se gusta. Mira su reflejo cuando pasa frente a un escaparate y aunque ve una falsificación total, se gusta. No tiene nada mejor que ofrecerse. Tiene un claque que le pagamos los españoles. Y le aplauden. Como risas enlatadas.
Mal baloncestista, doctor fraude, falseador de elecciones y dictador venezolano en ciernes. Reyezuelo de una corte de inútiles e “inútilas”. Embustero y estafador.
Como persona, es la nada absoluta y por tanto necesita apoyarse en lo que sea. Y como lo mejor no suele combinar bien con lo peor, tiene que buscar como cómplices de sus desmanes a la hez de la delincuencia llegada a la política. “Hay que hacer política”, es la más oída (aunque ya es vieja) que viene a significar “Vamos a delinquir impunemente en nuestro provecho aunque destrocemos la sociedad”. Además, por lo visto la sociedad les está autorizando con sus votos. Sí, solo una parte de la sociedad, pero demasiado grande. Y seguramente todos no serán delincuentes, pero lo que es seguro es que si no son delincuentes, son pro delincuentes o ignorantes.
Con la amenaza de que llega la ultraderecha, ha traído la peor ultraderecha cleptómana de este país, salpicada de la otra ultraderecha recolectora de nueces y los que sacudían (a tiros en la nuca) el árbol. A esto le llaman el “progresismo”. Ladrones, filo etarras, liberticidas, xenófobos. La ultraderecha será la que mande en España con la intermediación del Maduro de La Moncloa y con el permiso de Otegui.
Así que mientras que con la mano derecha agitaban el pañuelo verde de VOX, han hecho desaparecen la separación de poderes y cualquier garantía que proteja la Democracia, para seguidamente sacar de la chistera, ya no conejos, sino enormes hienas de ultraderecha que ya no se van a conformar con el 3% (que sería el 10% como mínimo). Van a querer todo lo que hay e hipotecar endeudando el futuro de los españoles para conseguir hoy, lo que nuestros hijos generen con su esfuerzo.
Sánchez ha traído la ultraderecha cleptómana (ERC es la mismo, con maquillaje). Ha legalizado el delito cometido por políticos y además los premia.
Y no duden de aquello de que el que parte y reparte, piensa en quedarse la mejor parte. Pero ya le ha advertido Miriam Nogueras (JUNTS) que ellos quieren “todo el supermercado”.
Con estos saqueadores de extrema izquierda y extrema derecha, los que vamos a pasarlo muy mal somos los españoles.
Con aumentos de precios del 40% en productos básicos y revalorizaciones del 4%, solo hay que hacer la resta para ver lo que nos han empobrecido.
Habrá que ir pensando en Portugal.
Allí a los ladrones la Democracia los pone en su sitio.