TRUMP

TRUMP es la reacción a años de estupidez y wokismo.

Es una reacción que se está manifestando de manera diferente según cada cuerpo enfermo. Milei no es Trump, ni lo es Meloni y ambos son ejemplos de esta sana reacción.

¿Por qué ha repetido Trump tras un paréntesis de cuatro años?. Evidentemente porque la mayoría de los americanos lo han votado libremente. Sin disponer de los resortes del Estado ni la financiación de campaña que los “progresistas” Biden/Kamala han dispuesto.

¿Es Trump lo mejor que le puede suceder a los EEUU o al mundo occidental?. Seguro que no, porque ha sido fruto de una reacción ante el cansancio, pero quizá era la única alternativa a algo peor. Y tampoco posiblemente sea lo mejor para los enemigos del mundo occidental.

Una vez elegido en las urnas y antes de llegar al cargo de presidente de los EEUU ya consiguió un cambio de situación en la guerra de Gaza y previamente vimos caer el régimen de Bashar al-Ásad en horas. ¿Efecto Trump? Es posible En todo caso más creíble el efecto Trump que el premio Nobel de la Paz a Obama antes de hacer nada y previamente a alcanzar el récord de convertirse en un presidente en guerra permanente. ¿Premio Woke?.

TRUMP carece del pensamiento de un Estadista y da preferencia a su País y sus intereses, cargándose no solo la Política Internacional Woke de sus antecesores, sino la posición de Alianzas de bloques de los Estados Unidos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Pero tendrá que rectificar. Va a encontrar contrapesos (y no en Sánchez) que le harán frenar su ímpetu imperialista. Por grande que sea EEUU no es bueno estar solo. Hasta el matón del patio necesita rodearse de afines. Las barbaridades de la Riviera GAZA, la guerra de aranceles, posicionarse cerca de Putin (al que se le “suicidan” sus opositores) y tratar a Ucrania como un pastel a repartir sin contar con la opinión de los ucranianos, está echando por el suelo las expectativas de un cambio fuerte pero justo en el mundo libre. Y eso unido a la debilidad y división de Europa, con unos burócratas más preocupados en mantener su poltrona, sus agendas y sus políticas suicidas no augura nada bueno para nuestro viejo continente.

Lo que sí que es cierto, es que, en dos días, ha firmado más decretos importantes que muchos políticos durante una legislatura. Imaginemos que hubiera pasado si cuando Aznar fue reelegido por segunda vez (sin hipotecas) hubiera aprobado la primera semana el Plan Hidrológico, hubiera forzado un Pacto de Estado por la Educación y alguna medida más de calado, como eliminar privilegios territoriales. Seguramente hubiera tenido contestación, pero quizá en estos momentos estaríamos lamentando menos muertos por la riada. No estaríamos profundizando en el analfabetismo funcional y no existirían tantos enfrentamientos y chantajes. No se tomaron medidas decisivas y junto con la manipulación de los atentados del 11M llegó al poder un individuo tan nefasto e indigno como es Zapatero. Amigo de dictaduras, sino empleado, y colaborador de tiranos y dictadores como Maduro.

Ahora estamos sufriendo a su discípulo aventajado. Un tirano narcisista, rebozado de corrupción, antidemocrático y sin escrúpulos.

Aunque está resultando nefasto, Trump ganó las elecciones.

Sánchez, perdió las elecciones y necesita comprar los votos cada día, destruyendo la nación para permanecer en La Moncloa.

Del Breakfast in Ámerica de Trump a la merienda de negros de Sánchez en España.

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