Zapatero es un personaje siniestro de la política española y también de la internacional. Llegó a presidente gracias al terrorismo del 11-M y Rubalcaba.
No solo arruinó a España en lo económico y moral, estableció una deriva de la que no conseguimos desviarnos. Primero por el incompetente Rajoy y ahora por Sánchez. ¿Nadie se acuerda cuando se decía que era imposible encontrar a alguien peor que Zapatero al que se le votó dos veces?
Con el PSOE todo es posible. Y no solo eso. Con el lote de Sánchez, ha vuelto Zapatero.
Estos dos tiranos representan lo peor del género humano. Y se ha hecho evidente con su complicidad con el dictador Maduro. Con su silencio están legitimando el fraude, la tortura, el secuestro y el asesinato de venezolanos que pretenden ser libres. ¿Cómo van a condenar una dictadura si ellos mismos sueñan con ser dictadores y ya actúan como tales?.
Estos nunca han sido demócratas. Han tenido siempre vocación de dictadores. Ahora intentan perpetuar una Dictadura en Venezuela que les permita seguir robando a manos llenas. Ellos, sus familias, amigos y conocidos.
Y a falta de un militar al que encumbrar, apoyan a un criminal tan analfabeto como sanguinario. No se atreven a defender la democracia y en el caso de Venezuela, también la vida de tantos venezolanos que quieren la paz, democracia y justicia.
Posiblemente Cendoya se ha quedado corto en la definición de este tipejo y por extensión de sus colegas.
Hemos de ser conscientes de quienes nos gobiernan. Y plantearnos si lo que están legitimando en Venezuela (fraude electoral, represión, corrupción, vínculos con el narcotráfico…) no serán capaces de hacerlo en España. Necesitan permanecer en el poder para que sus delitos queden impunes. Venezuela va unos años por delante en la destrucción de la democracia, pero España está acelerando.
Zapatero es un ejemplo de hasta donde puede llegar la indignidad humana. Un personaje siniestro.
Sánchez es su discípulo aventajado. Y el PSOE, el de siempre desde su fundación.