Se imagina usted que un amigo francés llegara a España de vacaciones, se hospedara en un hotel y un día le invitara a tomar una cerveza en el bar de dicho hotel y cuando usted (español en España) intentará entrar en dicho hotel, le prohibieran el acceso. ¿Lo entendería? Seguramente no. Pues esto es lo de menos que le pasa a un cubano en Cuba.
Pero la culpa la tiene el bloqueo. Y eso es verdad. Pero no es el bloqueo de los Estados Unidos.
El bloqueo que ha arruinado la vida de varias generaciones de cubanos es el bloqueo del gobierno cubano. Si usted, cubano (si ha tenido suerte de que le autoricen a salir del país) retorna a Cuba, le van a aplicar unas tasas exorbitantes (cuando no requisar) a los productos que intente introducir en la isla. Un teléfono o un portátil que es prohibitivo para el poder adquisitivo de un cubano, se convierte casi en un objeto de lujo.
El bloqueo que sigue arruinando la vida de las nuevas generaciones, es el bloqueo del gobierno cubano a las nuevas tecnologías, el bloqueo de internet y de líneas telefónicas. La “valla” que rodeaba la isla se ha convertido en una cúpula hermética que apresa hasta las ideas. El bloqueo se limita a USA e Israel. La excusa solo vale para tontos o interesados.
¿Es Cuba una dictadura?
¿A dónde vas?, Manzanas traigo.
Si usted se lo pregunta a cualquier miembro del gobierno de Sánchez le contestará que España es una democracia. Si el miembro/a/e es de Podemos, les dirá que aquello es casi un paraíso.
Si se lo pregunta a Enrique Santiago, secretario general del PCE, secretario de Estado para la Agenda 2030 y propietario de un ático millonario en Chamberí, le dirá que hay que manifestarse a favor del régimen cubano. (Santiago, como abogado formó parte del equipo que se querelló por la situación de los presos en Guantánamo, pero se olvida de los presos del resto de la isla, porque simpatiza con los carceleros).
La verdad es que se complican la vida. ¿Es Cuba una dictadura? La respuesta hubiera sido más sencilla: “Cuba es una isla”. Innegable. Y Corea del Norte parte de una península y China casi un continente. Y España una democracia.
Pero el debate no debe ser si se “pronuncia” o no la palabra dictadura. Estamos hartos de declaraciones que no sirven para nada. Hace falta medidas eficaces que liberen a los cubanos de la tiranía que ha convertido a la joya del Caribe en una cárcel tercermundista.
Y es que el régimen cubano siempre ha tenido un trato deferente por parte de los gobiernos españoles. Franco ya dispensaba un trato amigable y también Fraga. La Cuba de Castro decretó tres días de duelo -discreto- por la muerte de Franco. ¿Sería por paisanaje con los Castro?. Seguro que no. Pero eran otros tiempos. En Cuba no había llegado el “periodo especial” y se vivía de la subvención soviética. A partir de 1991, con el colapso de la Unión Soviética las cosas para los cubanos comenzaron a empeorar, pero la actitud de los gobiernos españoles seguía siendo poco o nada crítica con el régimen cubano.
Lo de ahora, con la pandemia y sus efectos sobre una economía basada en el turismo, ya no tiene nombre. Habría que aprovechar la situación para obligar al gobierno cubano a cambiar la situación y aquí podríamos aprovechar para enviar unos cuantos barcos con “marielitos y podemitas” admiradores de la DICTADURA.
Allí, efectivamente, se come menos carne.