BELARRA Y MERCADONA.

Este final de mes de Enero ha sido generoso en noticias. A las que se vienen sucediendo día a día repetitivamente como son los efectos de la Ley “solo si es sí” y la suelta de violadores o maltratadores o los supuestos efectos del espionaje por Marruecos (gran democracia según el PSOE) del móvil del presidente y varios miembros del gobierno, hemos tenido que escuchar las declaraciones de la ministra Belarra o el discurso “estelar” en la Complutense de una alumna privilegiada presentando su currículo a Podemos desde al atril.

Hemos de tener en cuenta que Belarra es ministra del Gobierno de España. Con unos privilegios y sueldo envidiables que nunca alcanzaría en el sector privado ni por asomo. Acusa a Mercadona de aprovecharse e incrementar precios y trata de capitalista despiadado a Juan Roig.

Siempre se ha dicho que los márgenes comerciales están más cerca del lineal que del productor. Hace más de 30 años que el periodista radiofónico César Lumbreras, en su programa Agropopular, acusaba al intermediario de ser el que mayores márgenes tenía en toda la cadena producción a la distribución. Y si no, la máxima de “comprarás y venderás, pero no fabricarás”, orienta en este sentido.

Esto puede ser así, pero nadie obliga a comprar en Mercadona. Está la cooperativa Consum o cadenas como LIDL, ALDI, DIA; Carrefour, Eroski (otra cooperativa), Caprabo, etc. Pero la gente es tonta y compra donde los precios son más “despiadados”. ¿O será que todos tiene precios similares y son igual de despiadados?.

La ministra Belarra odia todo aquello que entiende que escapa al control tiránico del gobierno. Además como ignorante (y no hay nada más peligroso que un tonto motivado) no acaba de entender que allí donde se han marcado precio máximos o tasados, los productos han desaparecido y se ha generado desabastecimiento y mercado negro. Lo puede preguntar a los inmigrantes venezolanos que se lo pueden explicar de primera mano. Aunque ya lo sabe.

De todos modos, hay una solución, adoptar las medidas que se aplican en el restaurante del Congreso de los Diputados, donde los precios son mucho más bajos que en cualquier bar de barrio y donde por poco más de 1 euro puedes tomar un Desayuno Saludable.

Maravilloso.

Solo tiene un problema: que la diferencia hasta el precio real del desayuno saludable (y no solo del desayuno y no solo de ingestas saludables) que se toma el político que acude al restaurante del Congreso de los Diputados, lo paga el autónomo o el trabajador con sus impuestos para compensar a la concesionaria del servicio mediante una subvención.

¡Que políticos más despiadados!

Más abajo la carta. Elige tu desayuno.

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