La Educación es un derecho fundamental. En España se viene destinando enormes cantidades de dinero público a la enseñanza (x 17) que no se reflejan en la mejora de la calidad educativa. Más bien al contrario.
La Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana incluye el DISTRITO ÚNICO en el proyecto de nuevo decreto de admisión de alumnos en vista para el curso escolar 2024/25.
El sistema pretende dar mayor libertad de elección de centro educativo a los padres para elegir en función de sus preferencias y no exclusivamente por la proximidad al domicilio de residencia. De hecho muchas familias se saltaban este requisito mediante el empadronamiento en casa de un familiar o amigo cercano al centro que preferían.
El poder elegir en libertad el centro educativo va a redundar en la calidad. No existe educación de calidad sin libertad. Y los datos (Informe Pisa) lo demuestran.
Y la educación de calidad es una educación exigente. La degradación en la educación pública es fruto de la falta de competitividad.
Nuestros políticos, especialmente los autodenominados progresistas, utilizan la palabra público como sinónimo de calidad, mientras constatamos el retroceso real y la aparición de un orgullo cateto y analfabeto entre las generaciones más jóvenes. Aunque a la vista de las eminencias que llegan a ministro/a quizá el camino sea este.
Sin embargo, algo tan evidente, parece no “verse” por la Confederación de AMPAs Gonzalo Anaya, que califica como altamente segregadora la admisión de zona única propuesta por el gobierno de Carlos Mazón.
Curiosamente todos los argumentos que se esgrimen desde dicha Confederación no hacen más que abundar en la incongruencia de los mismos. Cuando hablan de que se rompe la igualdad porque TODOS van a tener oportunidad de elección están negando la mayor. Si la excusa es que algunos alumnos, por falta de plazas en la escuela elegida no pueden entrar, siempre les queda la pública que tanto defiende. Y si la escuela pública es mejor y más cercana ¿quién va a elegir un centro concertado?
Cuando dicen que los padres van a pagar doblemente, vía impuestos y vía extraescolares en la concertada, ocultan que el coste de una plaza en la enseñanza pública es mucho más caro que en la concertada. Y si alguien decide que su hijo reciba clases de inglés ¿qué problema existe?
En cuanto al caos y contaminación que se producirá en el transporte, solo hay que pensar en el cambio que supondría en Sedaví o Alfafar elegir entre en el Centro Fernando Baixauli Chornet o el Colegio Sedaví o el Vamar (en Alfafar). Cincuenta metros de distancia (y andar un poco es saludable). Habrá casos de desplazamientos más largos, pero eso queda en la libertad de los padres.
Dicen que dejan atrás “los avances en admisión escolar y dejan atrás el modelo de escuela diversa y plural y todo el potencial educativo que tiene la diversidad a las aulas” según determinados estudios, sin pensar que ha de primar la libertad. Deben releer el último informe Prisa y en todo caso criticar las declaraciones de Ignasi Garcia Plata, secretario de Transformación Educativa del Departament d’Educació de Cataluña en cuanto a “escuela diversa y plural” y su incidencia en el fracaso escolar.
Los progresistas, entienden la escuela como un laboratorio y un medio de adoctrinamiento. Eliminación la educación especial para niños con discapacidad (Ley Celaá), no son conscientes que la integración de niños migrantes requiere de un proceso de adaptación (idioma oral y escrito, cultura…) que de no darse no solo afecta a su integración, también al conjunto de alumnado, tienen pánico al “cheque escolar” que supondría entregar a las familias el importe correspondiente de la financiación fiscal de la educación y dar libertad de elección.
Ante su fracaso, solo les queda reclamar más financiación y por su puesto posición de monopolio. Nunca es suficiente para un apéndice de un estado hipertrofiado, burocrático y saqueador vía impuestos.
Son alérgicos a la libertad de los demás.
Lamentablemente, algunas AMPAs están más “en política” que en educación.
Y a pesar de las declaraciones de la exministra Celaá (ella llevaba a sus hijas a colegio privado, bilingüe y religioso), si los hijos “son” de alguien, es de sus padres. Mal que les pese y a pesar de la dejación de algunos progenitores.
Un recuerdo a los maestros de las “Escuelas Nacionales” de Sedaví: Dª Luci, D. José, Dª Carmen “de las pequeñas”, Dª Carmen “de las mayores”, D. Ernesto, D. Ángel…. y tantos maestros vocacionales que hace casi sesenta años desasnaron a esos niños que hoy superamos los doce lustros.
Sin apenas presupuesto. Ni para calefacción.